Contaba que Joaquín y Ana se habían encontrado bajo la Puerta Dorada (del Templo) en una hora también dorada; que en aquel sitio habían recibido la plenitud de la Gracia divina, en virtud de la cual, Ella sola había recibido la existencia en el seno de su madre por efecto de la santa obediencia y del puro amor de Dios, sin mezcla de impureza alguna. Les hacía comprender también que, sin el pecado original, la concepción de todos los hombres hubiera sido igualmente pura.Vi enseguida de nuevo todo lo relacionado con la gracia acordada a los padres de María, desde la aparición del ángel hasta su encuentro bajo la Puerta Dorada. Bajo ella he visto a Joaquín y a Ana rodeados de una multitud de ángeles que resplandecían con luz celestial. También ellos eran luminosos y puros, casi como espíritus. Hallábanse en el estado sobrenatural en que ninguna pareja humana se hubo hallado antes.
Creo que era bajo la Puerta Dorada donde tenían lugar las pruebas y ceremonias de la absolución para las mujeres acusadas de adulterio, así como otras expiaciones. Debajo del templo había cinco pasajes subterráneos de esa clase y existía además otro, bajo el lugar donde habitaban las vírgenes. Estos pasajes servían para ciertas expiaciones. Ignoro si otras personas pasaron por este camino antes que Joaquín y Ana; pero fue este un caso muy raro. No recuerdo si lo usaban para los sacrificios que se ofrecían por las personas estériles; pero sé que en esta circunstancia les fue ordenado a los sacerdotes disponer las cosas en la forma sucedida.
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