Saturday 7 September 2019

CORONILLA DE LA VIRGEN NIÑA





Señal de la Cruz 
Padre Nuestro 
Gloria


Jaculatoria: "Esta niña angelical de los cielos escogida, es la Reina concebida sin la culpa original"


¡Oh María santísima! elegida y destinada ab eterno por la augustísima Trinidad para Madre del unigénito Hijo del Padre, anunciada por los Profetas, esperada de los Patriarcas, y deseada de todas las gentes; sagrario y templo vivo del Espíritu Santo, sol sin mancha, porque fuisteis concebida sin pecado original, Señora del cielo y de la tierra, Reina de los Ángeles; nosotros humildemente postrados os veneramos, y nos alegramos de la solemne conmemoración anual de vuestro felicísimo Nacimiento; y de lo más íntimo de nuestro corazón os suplicamos que os dignéis benigna venir a nacer espiritualmente en nuestras almas, para que cautivadas estas por vuestra amabilidad y dulzura, vivan siempre unidas a vuestro dulcísimo y amabilísimo Corazón.


I. Ahora con nueve distintas salutaciones contemplaremos los nueve meses que estuvisteis encerrada en el seno materno; diciéndoos que oriunda de la Real prosapia de David, salisteis con grande honor a luz de las entrañas de santa Ana vuestra afortunadísima madre. Avemaría.


II. Os saludamos, oh Niña celestial, paloma candidísima de pureza, que a despecho del infernal dragón fuisteis concebida sin pecado original. Avemaría.


III. Os saludamos, oh Aurora brillantísima, que, como precursora del Sol de justicia, trajisteis la primera luz al mundo. Avemaría.


IV. Os saludamos, oh Elegida, que, cual sol sin mancha alguna, despuntasteis en la noche más tenebrosa del pecado. Avemaría.


V. Os saludamos, oh bellísima Luna, que iluminasteis al mundo envuelto en las más densas tinieblas del gentilismo. Avemaría.


VI. Os saludamos como a esforzada amazona, que sola, a manera de un numeroso ejército, pusisteis en fuga a todo el infierno. Avemaría.


VII. Os saludamos, oh hermosa alma de María, a quien Dios poseyó desde la eternidad. Avemaría.


VIII. Os saludamos, oh amada Niña, y veneramos vuestro santísimo cuerpecito, los sagrados pañales en que fuisteis envuelta, y la sagrada cuna en que estuvisteis acostada, y bendecimos el punto y momento en que nacisteis. Avemaría.


IX. Os saludamos finalmente, oh amada Niña, como adornada de todas las virtudes en grado inmensamente más elevado que los otros Santos, y que, hecha digna Madre del Salvador, y habiendo concebido por virtud del Espíritu Santo, nació de ti  al Verbo encarnado. Avemaría.

ORACIÓN FINAL


¡Oh graciosísima Niña! que con vuestro feliz nacimiento habéis consolado al mundo, alegrado al cielo y aterrado al infierno; habéis dado ayuda a los caídos, consuelo a los tristes, salud a los enfermos y alegría a todos; os suplicamos con los mas fervorosos afectos que renazcáis espiritualmente con vuestro santo amor en nuestras almas; renovad nuestro espíritu para que os sirvamos, encended de nuevo nuestro corazón para que os amemos; y haced florecer en nosotros aquellas virtudes con las que podamos hacernos siempre mas agradables a vuestros benignísimos ojos. ¡Oh María! Sed para nosotros María, haciéndonos experimentar los saludables efectos de vuestro suavísimo Nombre; sírvanos la invocación de este Nombre de alivio en los trabajos, de esperanza en los peligros, de escudo en las tentaciones, de aliento en la muerte. Sea el Nombre de María como la miel en la boca, la melodía en el oído, y el júbilo en el corazón. Así sea.







Promesas de la Divina Infantita:

La Santísima Virgen María hizo las siguientes promesas a San Brígida, la Beata Catalina Emmerick, Sor Magdalena de San José y muchos otros santos más:


*Cuando las mujeres embarazadas santifican la víspera del día de su Nacimiento, ayunando y recitando con devoción nueve veces el Ave María, en honor de los nueve meses que Ella había pasado en el seno de su madre, y cuando renuevan con frecuencia este ejercicio de piedad en el curso de su preñez y la víspera de su alumbramiento, acercándose con piedad a los sacramentos, lleva Ella esas oraciones ante Dios y les obtiene un parto feliz, aunque las condiciones se presenten difíciles.


*Quien en el día de hoy, (festividad del Nacimiento de La Virgen 8 de setiembre...) por la tarde, recite con devoción nueve veces el Ave María en honor de su permanencia de nueve meses en el seno de su madre (Santa Ana) y de su nacimiento, y continúe durante nueve días este ejercicio de piedad, da a los ángeles cada día nueve flores destinadas a formar un ramillete que Ella recibe en el cielo y presenta a la Santísima Trinidad, con el fin de obtener una gracia para la persona que ha dicho esas mismas oraciones.


*"CONCEDERÉ TODAS LAS GRACIAS QUE ME PIDAN LAS PERSONAS QUE ME HONREN EN MI INFANCIA, PUES ES UNA DEVOCIÓN MUY OLVIDADA".





GOZOS A LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARIA

Regalamos a nuestra Madre bendita, en su Natividad, un misterio del rosario: Un padre nuestro y un ramillete de Ave Maria. Hoy es ma...